jueves, 12 de enero de 2012

mi triciclo

Cuando encontré a este pequeño, disfrutando de su triciclo “tuneado”, por su papá; recordé como fue el mío en mi niñez. Mi padre con sus habilidades innatas, reconstruyo uno, tenía las llantas de caucho macizo, el asiento de metal, los pedales en la rueda delantera, para frenar había que dar pedal para atrás, ¡era todo un “prototipo”!


Ahí “rodé”, hasta cuando se pudo, porque cuando crecí un poco, mis rodillas quedaban atoradas en el timón, ¡y qué dolor era eso… !” Luego pase a usar la bicicleta del “viejo”, montando con las piernas entre el cuadro. Así iba de arriba para abajo por la calles del polvoriento pueblo de mi infancia. Cómo no recordar la vez que en una bajada, “por error”, aplaste el freno delantero y salí volando, la bicicleta me cayó encima y por la vergüenza me levante como si nada a pesar de todo el dolor que sentía en ese momento.

Gratos recuerdos de mi infancia, que sembraron en mí el gusto por andar en bicicleta. Bien por los padres que inculcan en sus hijos desde pequeños, está saludable afición.

Sería bueno que cada vez más personas vean a la bicicleta, como un medio de transporte amigable, bueno para la salud y el medio ambiente, y que tengamos algún día rodando en las calles, mas bicicletas que autos.

Comparto mis memorias y utopías con tod@s ustedes, saludos cordiales y hasta la próxima.

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