mi viejo y su saxofón

Por lo que se sabe, es el único músico en la familia cercana, no sé bien de donde le vino la afición, cuenta el, que cuando joven, se fabricaba sus instrumentos musicales de chaguarquero y carrizo y "daba lata" de arriba abajo.

A pesar de que sus padres se opusieron rotundamente a que continúe, porque decían que la música lo llevaría a la vida bohemia, se dio formas y al final se convirtió en músico.

Con su saxofón recorrió, todo el país, tocaba en orquestas y bandas, parecía que no se cansaba nunca, se notaba que le gustaba, ser músico era lo suyo.

En la casa parecían interminables sus ensayos, afinaciones, partituras, borrones y composturas. Hasta los perros aullaban  cuando su saxo sonaba si fin, no se si lo acompañaban o no les gustaba lo que tocaba.

Siempre quiso inculcar la afición en nosotros, sus hijos, pero ninguno se inclino por la música. Recuerdo que cuando niño lo acompañe un par de veces, pero hasta ahí no más. Con el tiempo desarrolle cierta antipatía hacia el trabajo de mi padre, porque lo mantenía lejos de nosotros, los suyos, en ocasiones importantes como navidad, año nuevo y otras, debido a sus obligaciones, no pasaba en casa, algunas veces reclame su presencia, pero decía que era su trabajo y tenía que ir.

Con el pasar del tiempo, se jubilo, dejó de trabajar como antes, pero igual, apenas había oportunidad y le llamaban para una “tocada”, ahí estaba. Ya no sale, pero cada que puede, saca a su fiel compañero, lo desarma una y otra vez, lo pule, entona melodías y vuelve a vivir sus memorias.

Ahora lo entiendo mejor, la música no solo era su trabajo, era su afición y su vida misma. Con su saxofón saco adelante a su familia. No tengo nada que reprocharte querido padre, gracias por todo lo que hiciste y sigues haciendo por todos nosotros, te quiero mucho y espero que vivas con nosotros siempre. Quisiera poder ser como tú; hijo, hermano, padre, abuelo, especialmente mejor ser humano.

¡Feliz día a todos los padres!